En "Passage", publicado en 1981, el folk americano se hace música contemporánea (en el sentido académico del término), pero totalmente accesible, hermosa, y dominada por la guitarra más auténtica de la que ya era conocida como música New Age. Este trabajo publicado en 1981 contiene ocho composiciones, de las cuales cuatro eran ya conocidas (grandísimos clásicos como "Processional", "The impending death of the virgin spirit", "The bricklayer's beautiful daughter" y "Anne's song") y las otros cuatro eran nuevas ("Remedios", "Pacific I", "Hawk circle" y "Passage"). También se puede hacer la distinción entre las cuatro que son solos de guitarra y las que más sentido e interés cobran en el contexto del álbum al estar vestidas por un manto de clasicismo que no esconde su origen popular pero que embellece y complementa estupendamente el producto: Aunque no sea de las piezas clave de Will Ackerman, "Remedios" desata una inusitada variedad de emociones, gracias sobre todo a que la guitarra marca el compás pero se deja dominar por el violín de Darol Anger, consiguiendo una atmósfera inquietante. En este nuevo vestido de grandes composiciones hay que destacar la dimensión que cobra otro tema nuevo y futuro clásico, "Hawk circle", a dúo entre la guitarra de Will y un piano de George Winston en su línea magistral.
William Ackerman (guitar) Darol Anger (violin) Dan Reiter (cello) Robert Hubbard (English horn) George Winston (piano)
1 Remedios 5:06
2 Processional 3:46
3 The Impending Death of the Virgin Spirit 6:02
4 Pacific I 2:10
5 The Bricklayer's Beautiful Daughter 3:49
6 Hawk Circle 5:03
7 Anne's Song 3:31
8 Passage 4:25
La Armenian Navy Band fue fundada en 1998 por Arto Tunçboyaciyan, un compositor carismático, multi-instrumentista y cantante, también creador de la Avant-garde folk music. Con el propósito de hacer sus “sonidos del mundo” audibles de la forma que deseaba, Arto visitó Armenia. Allí encontró músicos entusiastas y abiertos de mente que pronto configuraron la Armenian Navy Band y difundieron la ideología de Amor, Respeto y Confianza en el mundo de la música. A finales de 2003, en el estudio de Yerevan, se crea la primera parte de un ambicioso proyecto musical llamado “Sound of Our Life – Part One: Natural Seeds”. Arto considera este álbum como su diario musical. Es una composición de una hora de duración para la Armenian Navy Band, coro y orquesta de cuerda. Fuente
Tras varios años de silencio (su último disco había sido "Shleep", en 1997) el gran Robert Wyatt puso un pie en el nuevo milenio con "Cuckooland", editado en 2003. Otro ejercicio de esa fascinante destreza suya para manejarse entre ritmos jazzeados, vientos, músicas con eternos aires de jam session y balbuceos de canción de cuna.
Rodeado de amigos y colaboradores (aquí desfilan Brian Eno, Paul Weller, David Gilmour y Phil Manzanera, entre otros) Wyatt construyó en "Cuckooland" otro pequeño carroussel de música mágica y curativa. Como suele suceder en sus discos, sólo parecida a sí misma: plena de libertad más allá de cualquier atadura de formas y estilos.
Es cierto: esos instrumentales estilo New Age sólo se los podemos perdonar a alguien como él, y como disco, "Cuckooland" queda un escalón debajo de sus grandes obras maestras. Pero así y todo aquí hay varios momentos donde la vieja (y a la vez siempre nueva) magia de su experimentación/ colisión sonora vuelve a deslumbrarnos. Ahí está, por caso, el jazz noctámbulo "Old Europe", con el romance de Juliette Greco y Miles Davis como inspiración y las calles parisinas de fondo. O la belleza y vaivén melódicos de "Forest", co-compuesta con la esposa y eterna colaboradora de Robert, Alfreda Benge.
"Beware" es una afilada jam llena de implicancias sonoras profundas y "Raining in my heart" (original de Felice y Boudleaux Bryant) forma parte de esos pequeños homenajes íntimos (junto con la versión de "Insensatez", de Tom Jobim) a los maestros del pasado. La última de las maravillas llega con ese léxico de lenguas del mundo que es "Foreign accents". El dadaísmo musical de la hermandad entre naciones. Fuente
Los patrones más cercanos a la canción pop que iluminaron los pentagramas de “Shleep” mutan nuevamente en “Cuckooland” hacia el amplio caudal estilístico del jazz, pero desde una perspectiva imprevisible, etérea y de ventanas abiertas, mirándose en las ondulaciones del free jazz y en el clasicismo más cool. El poder mágico de Wyatt para crear melodías de cristal y seda, siempre a punto de resquebrajarse o levitar, tiene en “Forest” y “Beware” algunas de sus mejores y más claras evidencias, canciones que con una producción “normal” o estandarizada dignificarían cualquier lista de éxitos. Todo el álbum está recorrido por esa sabia y tenue melancolía que su voz de pájaro herido traduce con un magisterio natural reservado exclusivamente a los verdaderamente originales.
Rodeado por camaradas que casi nuncan faltan a su llamada –Annie Whitehead, Brian Eno, el propio Manzanera–, asistimos a pequeñas reflexiones personales (“La esperanza todavía puede ser buena”), a una magnífica y carnal recreación del romance parisino entre Miles Davis y Juliette Greco (“Old Europe”, con los saxos y el clarinete del israelí Gilad Atzmon, presente en otras cuatro composiciones) o a recuerdos a los gitanos asesinados por los nazis, a la invasión de Irak, a Hiroshima y la amenaza nuclear y al eterno conflicto palestino. Temas trascendentales –demasiado, dirán algunos– que Wyatt regurgita en pura poesía sonora, sin necesidad de recurrir a la evidencia más tópica ni de levantar la voz con arrogancia.
La desbordante humanidad del intérprete del “Shipbuilding” compuesto por Elvis Costello se aposenta en los oídos del oyente como un bálsamo gentil y misterioso que fascina, relaja, interroga y cura.Teclados que parecen suspendidos en el viento, metales cálidos y nocturnos, guitarras de electricidad exacta –David Gilmour en “Forest”, Paul Weller en “Lullaloop”–, contrabajos arenosos, percusiones susurrantes, coros de celofán y la importante presencia de Karen Mantler (hija de Carla Bley y del trompetista y compositor Michael Mantler), quien firma tres canciones y se encarga de soplar la armónica, definen el paisaje de “Cuckooland”, un refugio de matices y colores pintado con el intelecto y el corazón para dignificar sin renuncias una música comprometida ética y estéticamente.
No faltan, por supuesto, las versiones, especialidad en que Wyatt se ha matriculado como médium sin igual: escuchen “Raining In My Heart” (Buddy Holly), diluida en un prístino instrumental de piano, o “Insensatez” (Antonio Carlos Jobim/Vinicius de Moraes), arrullada por la armónica y la garganta de Mantler. Son epifanías de un todo indivisible, de un rico tapiz tejido con paciencia y amor por Robert Wyatt, el gigante de la voz de elfo. Bienvenido de nuevo, siempre. Fuente
Robert Wyatt (percusión, piano, trompeta, corneta, platos, batería, teclados, coros) Phil Manzanera (voz) Karen Mantler (armónica, piano, teclados, voz) Alfreda Benge (voz) Brian Eno (voz) David Gilmour (guitarra) [en Forest] Paul Weller (guitarra) Annie Whitehead (trombón) Gilad Atzmon (saxo alto, soprano y tenor, clarinete, flauta ) Jamie Johnson (bajo, voces) Yaron Stavi (bajo) Jennifer Maidman (guitarra acústica, acordeón)
Just a Bit - 5:09
Old Europe - 4:16
Tom Hay's Fox - 3:33
Forest - 7:55
Beware - 5:09
Cuckoo Madame - 5:21
Raining in My Heart - 2:43
Lullaby for Hamza/Silence - 5:01
Trickle Down - 6:48
Insensatez - 4:24
Mister E - 4:20
Lullaloop - 2:59
Life Is Sheep - 4:14
Foreign Accents - 3:49
Brian the Fox - 5:31
La Ahada Yalam (No-One Knows) - 4:16
Arto Tunçboyaciyan (nacido en 1957 en Galataria, Turquía, pequeña población a las afueras de Estambul) es un músico turco de origen armenio. Es famoso dentro de la escena del folk avant-garde, habiendo interpretado en más de 200 discos en Europa antes de su llegada a los Estados Unidos, donde inició colaboraciones con numerosas leyendas del Jazz (como por ejemplo Chet Baker, Al Di Meola y Joe Zawinul).
También ha trabajado con la artista turca Sezen Aksu, la cantante griega Elefthería Arvanitáki entre otros representantes de la World Music. Su hermano también músico, Onno Tunçboyaciyan falleció inesperadamente en 1996, causó en él una gran influencia.
Su álbum Aile Muhabbeti (2001) fue utilizado como banda sonora en dos películas: Hemso (2001) y Mon père est ingénieur (2004). También ha compuesto la banda sonora de la película Le Voyage en Arménie (2006)
Con Ara Dinkjian formó a lo largo de los años 80 el grupo Night Ark, con el que llegaron a editar cinco discos. Fuente
1. Seslensem Duyar Misin?
2. Babum
3. Martilar
4. Seyrek Seyrek
5. Aglayan Bendim
6. Daglara Lapa Lapa Kar Yagiyor
7. Yine O an Geldi Aklima
8. Herkes Kendi Gördügüne Dogru Der
9. Damla Damla Gözyaslari
10. Agir Çengel
11. Agop Ahparik Sanki Sesini Duyuyorum
12. Kaçis
13. Eger Ceylan Dagina Dönmezse Aglar
14. Küçük Kus Listen